Depongo mi piel de anfibia, no me quedo en el charco y salgo a la calle. Con mi mochila en el hombro, voy a ensayar, ¿y qué ensayar?, ¿la vida que me convierte en agua?, ¿el llanto que me colapsa?, ¿serán vanos esfuerzos fabular movimientos, nadar pisando la tierra, bailar? Algunos seres somos así, intentamos recrear bajo otras formas y dibujos lo que ya está aquí. «Todo es un mismo lugar.»
Al alba de un nuevo año, abro aquí una ventanita de filigrana. Un espacio para compartir miradas desde una voz plural y semidesnuda. Un velo trasparente marca la distancia de las palabras a las vivencias. En movimiento, de una orilla a otra.
6/2/11
La poética de las lágrimas y de los mocos
No conozco todos los mecanismos fisiológicos del cuerpo humano, solo observo cómo salen, corren y brotan las experiencias del cuerpo líquido. La danza busca fluidez, el llanto la colapsa, pero ambos están hechos de agua. Una brecha divide materia sólida, mientras que el desgarro nos convierte en fuente.
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