25/12/11

I had a dream last night

Me acabo de despertar, esta noche estuve contigo. Te he visto tal como se ve en esos sueños donde casi nos podemos tocar sin poderse alcanzar, con la certeza intuitiva de que es un sueño nada más pero el deseo vivo de poder traspasar las fronteras oníricas para convertir las imágenes en pieles y voces de carne y hueso. En algún momento, entre vigilia y sueño, hasta quise truncar el mecanismo onírico y besarte desde mi conciencia, pero algo me lo impedía – no estás, es un sueño nada más.
Esta noche estábamos reunidos tú y yo en una misma habitación rodeados de gente y no te podía hablar. Me mirabas de lejos, pero un pacto de silencio estaba sellado entre nosotros. Me dolía sentirte tan cerca y tan lejos a la vez, sabía que tenía que esperar para volver a escucharnos, y si no fuera así se perdería nuestra confianza tácita al igual que un orfeo ve a su Euridice esfumarse al darse la vuelta en el camino de regreso de los inviernos.
Navidad: de pronto me encontraba en las calles de Ginebra, llevaba un vestido ligero de tirantes y me asombraba que hiciera tanto calor en Sevilla en esas fechas. ¿Ginebra-Sevilla? 30 grados precisamente. Visión telescópica de lugares y temporalidades, así es como me siento al regresar a mi ciudad natal. Y a ti, presencia en ausencia, te abrazo invisible, te tomo de la mano y te comparto mi mirada de una orilla a otra, porque aquí también estás y no le temo al silencio. Las palabras que siguen sólo las recela el papel.

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